miércoles, 10 de marzo de 2010

Cuando los cuervos eran multicolores

La AMPA recorrió las clases de infantil de 3 y 4 años con su teatrillo rojo y sus mil cuervos multicolores para llevar a los niños a la época en que los cuervos vestían con fabulosas y coloridas plumas, y sus trajes a rayas, a topos o a manchas recogían la paleta completa del arco iris.
Eran felices estos animales hasta que un malintencionado y aburrido muñeco de nieve que adivinaba su fin con la llegada de la primavera, sembró la duda en la comunidad con una fatídica pregunta ¿cuál es el verdadero color de los cuervos?. Se siguieron peleas, graznidos, plumas perdidas y los cuervos crearon nuevas y pequeñas comunidades de colores coincidentes que defendían los suyos como los originales. La solución vino de mano de la madre naturaleza, que les trajo una lluvia negra y espesa igualándolos a todos, convirtiéndolos en los animales negros que hoy en día conocemos y haciéndoles olvidar los lujosos colores que un día vistieron sus alas.


Un buen día regresó un cuervo que en el momento de la oscura lluvia se encontraba de vacaciones en la playa y que a diferencia de sus congéneres mantenía los vistosos y antiguos colores por los que todos se enzarzaron en tumultuosas peleas en el cielo. Al principio no distinguía a su familia entre la negrura que ahora los cubría y una vez encontrados, ellos mismos le alentaron a que renunciara a su hermoso plumaje en favor de un traje negro mucho más elegante, en su opinión, haciendo que finalmente el cuervo colorido, el original, decidiera volver para siempre jamás al Caribe, donde todos los cuervos siguen siendo a día de hoy de infinitos y bellos colores.

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