viernes, 15 de abril de 2011

LOS OTROS HABITANTES DEL BOSQUE

Carmen Con Guantes nos visitó de nuevo esta Semana Cultural y nos contó lo mucho que le gusta que le cuenten cuentos: “Lo más bonito de que te cuenten un cuento es que tú lo puedes guardar en la maleta o en la cabeza y abrirla y dejar que el cuento salga en la primera ocasión que tengas de contárselo a alguien.”

 La sesión comenzó con un ejercicio sanísimo para todo los niños: un puño en el pecho, el otro también, abrimos los brazos, los estiramos y……………..bostezamos plácidamente. Cogemos todo el aire que nos quepa en los pulmones, contamos hasta 3 sin soltarlo y…….todo el mundo culo al suelo y empezamos a contar la historia.

Es la historia de tres hermanos, los dos mayores algo tarambanas y el más pequeño, Simplicius, algo despistado, pero en definitiva un niño con un enorme corazón. El caso es que los tres hermanos se van de excursión al bosque en busca de un precioso castillo encantado. En el camino se encuentran con un hormiguero, unos patos y una colmena de abejas. En las tres ocasiones los dos hermanos mayores se abalanzan sobre las criaturas para pisarlas, jugar a “tiro al pato” y encender una hoguera bajo la colmena para ahumar a las pobres abejas. Menos mal que Simplicius consigue detener las malvadas acciones de sus hermanos con un constante “Pues si nos os han hecho nada….” y recibiendo por parte de hormigas, patos y abejas un tímido y bajito “graciaaaaaaaaaaaas”.

Cuando finalmente llegan al castillo, observan que todo el castillo es de piedra, pero no sólo el castillo, también los caballos de las cuadras, las vacas, las gallinas, los perros, las flores, los pájaros…………todo el castillo se encuentra bajo un hechizo.
Sentado inmovil casi como una estátua, encuentran un señor mayor con cara de serio que les ofrece comida y les conduce a los aposentos para que puedan descansar. Lo inquietante es que ese señor no tiene boca, como si alguien se la hubiera borrado de la cara.
A la mañana siguiente el señor silencioso despierta al mayor de los hermanos y le entrega un pergamino que habla sobre el encantamiento y sobre una serie de pruebas que si se completan antes del anochecer consigue que la vida vuelva al castillo. La primera de las tres pruebas consiste en completar un collar de 1000 perlas que la princesa del castillo perdió un día en el bosque. El hermano mayor se dirige presuroso al bosque en busca de las pruebas, pero como era previsible no lo consigue, quedando convertido en piedra al anochecer.
A la mañana siguiente nuestro señor sin boca se dirige a la habitación del segundo de los hermanos, llevando el mismo pergamino que el día anterior le había entregado al hermano mayor. En esta ocasión el hermano mediano, en cumplimiento de la primera prueba, queda convertido en piedra al anochecer ya que sólo consiguió reunir 300 perlas del collar.
Sólo queda un hermano, Simplicius, que como sus hermanos es despertado y se le hace entrega del mismo pergamino con las mismas pruebas, pero Simplicius no es como sus hermanos, es un niño bueno y con recursos, así que en cumplimiento de la primera prueba se le ocurre llamar a las hormigas que días antes había salvado de las fechorías de sus hermanos, las cuales acuden a su llamada y encantadas de ayudarle, consiguen reunir las 1.000 cuentas que componen el collar de la princesa.
Simplicius continúa con lasegunda prueba y esta vez se trata de encontrar la llave de la habitación en la que está encerrada la princesa y que descansa en el fondo de lago. Simplicius no sabe nadar, pero eso no es impedimiento, ya que sus amigos los patos, agradecidos por evitar que sus hermanos les hicieran daño, ayudan al niño y encuentran la llave en un santiamén.
La tercera y última prueba consiste en distinguir a la verdadera princesa tres princesas exactamente iguales que se encuentran en una habitación del castillo. Lo único que distingue a la verdadera de las falsas es que la buena se había tomado una cucharada de miel justo antes de que el hechizo la convirtiera en piedra. ¿Y quién mejor que las abejas amigas de Simplicius para distinguir aquella que había comido la rica miel? Efectivamente, la abeja reina y todas su súbditos acuden a la llamada de nuestro niño y en un segundo distinguen a la princesa del castillo.
Y así, Simplicius consigue desencantar al castillo y hacer que la vida vuelva dentro de las murallas.

¿Qué qué hizo el rey del castillo en agradecimiento? Pues pudo pasar, como en todos los cuentos, que le ofreciera a la pobre princesa en matrimonio, aunque teniendo en cuenta quién nos contó el cuento, seguramente nombró a Simplicius consejero personal del rey………..el que se enamorasen ya dependía de ellos.

Y como Carmen con Guantes nos trae siempre más de una cosita, también nos cantó esta canción……..
De codín, codín, codán,
De las barbas de corticán
De los tres peorreos,
¿Cuántos son los dedos?
El primero el pulgar, grande y singular
El segudno el índice, que sirve para señalar
El tercero el corazón, que es grande y bonachón,
El cuarto el anular, para llevar anillos sin par.
El quinto el meñique o currín, que es pequeño y saltarín.

Espero que os haya gustado la narración del cuento casi en tiempo real

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